Recorriendo los Caminos Sagrados de Maya Ka’an – Intercambio de experiencias

A temprana hora del martes 2 de octubre, los representantes de las cooperativas y del equipo operativo que conforman Co’ox Mayab, nos reunimos para emprender un viaje hacia el centro de Quintana Roo, donde nos esperaba un intercambio de experiencias con la Red de Turismo Comunitario de la Zona Maya de Quintana Roo.

Un trayecto sin ningún contratiempo, el buen ánimo sobresalía en el grupo, ante un clima perfecto para viajar. Una parada para recoger a nuestras compañeras de las cooperativas del sur de Yucatán sirvió para cargarnos de una dotación de mandarinas y plátanos, que sirvieron para hacer más liviano el resto de la travesía a nuestro destino.

Luego de unas horas de viaje, al fin llegamos a la localidad de Chunhuhub. La señal de nuestros celulares era intermitente, y por largos ratos nula. Me pareció fascinante no tener red celular, pero no por el momento, ya que nuestro destino inicial no resultó tan sencillo de encontrar y era necesario hacer unas llamadas.

Minutos después de despistarnos por el camino, llegamos a nuestro primer destino: El centro ecoturístico Kíichpam K’áax, donde cordialmente nos recibió Zendy Euán, representante de Caminos Sagrados – Kili’ich Bejo’ob, quien muy amablemente nos dio la bienvenida, para posteriormente acomodarnos en cómodas cabañas con las que cuenta el lugar.

Kíichpam K’áax

Kíichpam K’áax, en español quiere decir: Selva bonita, y vaya que hace honor a su nombre, desde el primer recorrido camino a las cabañas, se podía apreciar la diversidad de flora y fauna que distingue este bello recinto. Desde aves, ardillas y hasta un lagarto son especies animales que nos daban la bienvenida al lugar.

Aunque algo cansados, el grupo recupera sus energías a la hora del almuerzo. Nos dirigimos al restaurante, donde ya esperaba nuestra comida. Un delicioso Sac Kool, acompañado de limonada, nos dio el impulso para comenzar con las actividades del día.

“En nuestro restaurante procuramos servir siempre comida de esta región; todos los ingredientes con la que preparamos las comidas son producidos orgánicamente por nosotros”, nos explicó Margarita, la encargada del centro ecoturístico, quien además afirmó que ese es un sello que aprecia mucho el turismo extranjero.

Terminada la comida, Margarita nos guió pocos metros del restaurante, donde un camino nos abrió paso al extenso terreno en el cual se encuentra su huerto. La gran variedad de plantas a nuestro alrededor, da pie a una buena charla sobre la gastronomía de la península, comparando los platillos típicos de Yucatán y Quintana Roo.

Una breve llovizna refrescó la tarde, para luego encaminarnos donde se encontraba instalado un Trapiche; molino de madera utilizado para extraer jugo de la caña de azúcar. Los integrantes de Co’ox Mayab mostraron sus mejores habilidades extrayendo el dulce líquido, ya que fueron necesarios un total de 4 personas y buena condición física para hacer funcionar el trapiche de manera manual.

Siguiendo con el recorrido por el centro ecoturístico, llegamos a un espacio estratégicamente colocado para el desarrollo de las Xunáan Kaab, o Abejas Meliponas, especie consentida en toda la península yucateca, debido a la calidad en sabor de la miel que producen.

En el sitio se encontraban jobones y cajas de madera donde las abejas habitan y resguardan la miel, mientras nos explicaban sobre la importancia de esta especie y el cuidado especial que necesitan, se podía ver a los insectos entrar y salir sin preocupación alguna.

En todo momento, el cuidado del medio ambiente era un tema a tratar, pues tanto para  Kíichpam K’áax como para todos los destinos que integran Caminos Sagrados, la ecología es un tema principal y el cual les ha costado esfuerzo implementar. Margarita y Zendy  nos relatan la larga historia que tuvieron que pasar para tener la infraestructura de eco-tecnologías con las que cuentan en la actualidad.

Sistemas fotovoltaico de paneles y calentadores solares se pueden ver en la zona de cabañas. “Ahorramos mucha energía, hay temporadas que generamos suficiente electricidad, que los excedentes producidos los puede comprar la comisión”, nos explicaron.

Metros más al fondo, nos enseñan más de sus instalaciones. Un sistema de tratamiento de aguas residuales con Humedales y Biodigestores, llamó la atención a varios de nuestros compañeros, ya que son herramientas con las que cuentan algunos destinos de Co’ox Mayab, siempre tratando de brindar un mejor servicio ecológico.

Las actividades del primer día concluyeron con la presentación del proyecto de la Red de Turismo Comunitario Zona Maya de Quintana Roo, también conocido como Caminos Sagrados de Maya Ka’an.

La Red trabaja en la zona de Maya Ka’an, ubicado en el centro de Quintana Roo, donde comparten experiencias en entornos naturales, así como dar a conocer el legado histórico y cultural del pueblo maya.

Zendy nos explica que la red es integrada por ocho diferentes organizaciones, que se encuentran ubicadas en las comunidades de Chunhuhub, Kantemó, Muyil, Punta Allen, Señor, Tihosuco y Felipe Carrillo Puerto.

Con mucha atención, los integrantes de Co’ox Mayab tomaban nota a los consejos que Zendy exponía. Desde las fortalezas y debilidades con las que cuenta la Red de Quintana Roo, así como las estructura y organización del proyecto.

Muy participativos, se nos hizo la noche entre dinámicas y una sesión de preguntas y respuestas, para responder dudas finales.

En medio de sonidos de ranas, insectos y demás fauna que se hizo presente después de la lluvia, nos encaminamos de nueva cuenta al restaurante, ahí nos esperaba una mesa preparada para la elaboración de Mojitos, los cuales endulzamos con el jugo de la caña que extrajimos anteriormente.

Posterior a la cena, algunos se aventuraron a caminar en la obscuridad para poder identificar los distintos tipos de animales por el lugar, mientras otros optaron por descansar, pues nos esperaba otra larga jornada al día siguiente.

Síijil Noh Há

Al día siguiente, y siguiendo con el itinerario, dejamos Chunhuhub para dirigirnos al corazón de Quintana Roo; donde se encuentra Síijil Noh Há, bello lugar ubicado a 10 kilómetros al sur de Felipe Carrillo Puerto.

Ubicado en la Reserva Ejidal Much Kanan K’aax, un impresionante paisaje que protagoniza una extensa laguna resplandeciente con el reflejo del sol a mediodía, nos dio la bienvenida al Centro Ecoturístico Síijil Noh Há.

Posterior a distribuirnos en las cabañas para resguardar nuestras pertenencias, nos reunimos donde ya nos esperaba María Eugenia Yam, representante de la organización. Y con mesas puestas con refrigerios, nos dieron formalmente la bienvenida.

En seguida de la bienvenida y presentación, hizo su aparición el Biólogo Omar Martinez, para una larga charla sobre temas ecológicos, que fueron desde conceptos iniciales como el cambio climático, y llegaron hasta explicar de manera muy clara la importancia de la huella de carbono.

Sin dejar oportunidad al cansancio ante una larga explicación, Omar siguió compartiendo su experiencia con ejemplos prácticos. Ya que luego de conocer en qué medida los árboles realizan la captura de carbono, fuimos nosotros quienes participando en campo medimos con cintas de crecimiento los árboles que encontramos a nuestro alrededor.

Luego de un break que incluyó un revitalizante almuerzo, salimos del techo donde el manejo forestal fue el tema; para proseguir, ahora con otro tema, uno que resultó de interés para las organizaciones que integran Co’ox Mayab: las certificaciones.

Aunque de nueva cuenta una lluvia amenazó con detener nuestras actividades, la naturaleza se portó bondadosa y despejó el cielo al momento de comenzar con nuestras actividades.

Era momento de adentrarse al agua. Sin excepción alguna todos se animaron a explorar en la laguna Síijil Noh Há, palabras que significan “Donde brota el agua”, puesto que en el lugar se encuentra un cenote que alimenta, no solo a ese cuerpo de agua, sino que también a otras lagunas, que se encuentran conectadas alrededor de la reserva.

Fue así como el convoy de kayaks salió de la orilla para recorrer la laguna. Liderados por Omar, llegamos hasta donde se encuentra el cenote, un ojo de agua, que provocaba el cambio en la tonalidad de color en el agua donde recorríamos nuestras embarcaciones.

Emocionados, nos ofrecen explorar por los canales; espacio al que regularmente no dan acceso a los turistas, debido a las especies de aves que se encuentran anidando en la zona.

Con mucho cuidado accedimos en un camino en el cual nos indicaron remar con delicadeza, para no alzar el fango que abunda en ese territorio. Luego de esquivar la vegetación del camino, salimos a otra laguna que mostraba un paisaje sacado de película.

Nos tomamos un momento para cerrar los ojos y meditar en medio de la naturaleza. El relajante sonido del agua, junto con la vocalización de los distintos tipos de aves que se encontraban en la selva, hicieron de un momento desestresante.

De regreso a las cabañas, aprovechamos para darnos un chapuzón en el cenote, mientras algunos se pusieron competitivos y realizaron una carrera de kayaks donde la orilla del Centro Ecoturístico era la meta.

Ante el cansancio de las actividades de todo el día, el grupo prefirió descansar desde temprano, porque a la mañana seguiría nuestra andanza a un nuevo camino sagrado de Maya Ka’an.

Madrugando, algunos aprovecharon el amanecer para tomar bellas postales del paisaje y de la fauna que se encontraba en el lugar; recorriendo el sendero hicimos varias paradas, ya que se escuchaban distintos tipos de aves, las cuales era un reto identificar, aunque algunas sí se dejaron ver, tal es el caso de un Tucancillo Collarejo que perchado en un alto árbol aprovechaba la mañana para encontrar alimento.

Xyaat

Para el último día del intercambio de experiencias, nos despedimos de la Reserva Ejidal Much Kanan K’aax, para dirigirnos a la comunidad de Señor. Ahí ya nos esperaba Marcos Canté, quien junto a Zendy, lideran el proyecto de Xyaat.

Son ellos quienes nos presentan a Don Crescencio Pat, anciano de 95 años, quien siendo uno de los últimos testigos de la Guerra de Castas, guarda mucho conocimiento para compartir con los visitantes en Xyaat.

Posterior a una ceremonia que el mismo Don Crescencio dirigió, nos reunimos para que nos enseñara sobre el trabajo manual del raspado de la hoja de henequén y la fabricación de sosquil.

Para la siguiente actividad era necesario transportarnos. Fue entonces cuando nos guiaron a las afueras de Xyaat, donde ya nos esperaba una fila de moto-taxis, los cuales abordamos para recorrer la comunidad de señor, hasta llegar al hogar de Doña Teodocia Canché, especialista en medicina tradicional maya.

Quitando algunas hojas de su diverso jardín, Doña Teodocia nos compartía y explicaba cómo se pueden afrontar afectaciones a la salud, como el asma, dolores físicos, y hasta picaduras de insectos.

La explicación de Doña Teodocia es en lengua maya, pero el guía Marcos nos traduce sin problemas al español, como regularmente suele hacerlo con turistas extranjeros.

En realidad las traducciones no fueron tan necesarias, ya que la mayoría del grupo entendía y hablaba lengua maya, lo que inspiró confianza a la anfitriona para mostrarnos más de sus secretos medicinales. Momento para que todos, con pluma y libreta en mano, apuntaran todo lo que fuera posible.

De regreso a las instalaciones de Xyaat, Zendy nos tenía preparado la última sesión del intercambio: Las estrategias de comercialización que tiene la Red de Quintana Roo.

Un recorrido por la historia y formación de Caminos Sagrados, nos llevó a comprender, cuales pueden ser los primeros pasos que se pueden ejecutar para lograr un proyecto ecoturístico exitoso. Finalizando hasta resolver las últimas dudas, todos terminamos satisfechos para dar paso a la despedida, pero no sin antes disfrutar una rica comida regional.

Con nostalgia nos despedimos de Quintana Roo, no sin antes agradecer las atenciones de Zendy Celeste Euán, quien fue nuestra guía, compañera y amiga en todos nuestros recorridos, así como por completo al equipo de la Red de Turismo Comunitario de la Zona Maya de Quintana Roo, quienes con total profesionalismo hicieron de nuestro intercambio una experiencia para recordar, y por haber compartido todos esos conocimientos para mejorar.

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